El propósito de un gobierno es la felicidad
de la sociedad, de lo contrario no existe propósito alguno para la existencia
de un gobierno. Todo el aparato gubernamental no tiene sentido alguno si este
no presta la facilidad, comodidad, seguridad, o en una palabra felicidad para
el mayor número de personas. El objetivo mismo de una patria digna y el
fundamento de la virtud se basa en los principios más nobles y generosos en
nuestra naturaleza humana, solo entonces, tiene la oportunidad justa para
apoyar los modelos más nobles y generosos de gobierno.
Un buen gobierno, no puede ser un imperio de leyes
emitidas bajo una dictadura que secuestra las instituciones mismas de la República.
No puede haber ni existir elecciones justas, imparciales cuando hay tantos corruptos.
No se puede ni tan siquiera hablar de una representación digna de las personas
en una asamblea, que ni siquiera representa los valores más nobles, ni siquiera
representa los poderes del gobierno, legislativo, ejecutivo y judicial. Una
asamblea corrupta que representa un solo partido y una sola ideología o peor un
solo hombre y su agenda jamás puede representar a la gente, al ciudadano, ni
puede ser libre, ni nunca feliz, cuyo gobierno es un secuestro de la
democracia.
Esta asamblea nacional del Ecuador se ha
convertido en la representación de todos los vicios, locuras y debilidades de
un individuo. Hoy este llamado poder legislativo es una caricatura de un país tercermundista.
Lacayos con arrebatos de humor, mujeres que hablan con pasión del ejecutivo
cuando su mandato del voto les exige pasión por su patria y sus ciudadanos.
Esta asamblea nacional del Ecuador es el enfermizo entusiasmo de estar en el
poder cuando no saben cómo ejercerlo y son sirvientes de una agenda de opresión
a su propio pueblo, parciales a los prejuicios contra otras ideologías que no
aceptan ni el más mínimo verbo de acción que sea contrario al verbo promulgado
por su líder. En consecuencia los resultados son apresurados juicios absurdos:
Y todos estos errores deben ser corregidos, todos estos defectos deben ser
analizados en un análisis de conciencia y no de miedo a perder el cargo sin
haber servido la noble causa por la que llegaron al poder. Porque ha estado en
sus manos hacer el bien por el país y lo que están haciendo es ser simples
sirvientes de un Caballo de Troya que está destruyendo la nación desde adentro.
Esta Asamblea es muy avara de ideas y exhibe
no tener escrúpulos para eximirse de culpa cuando rinde culto al ejecutivo, quienes
ellos están obligados a vigilar en el cumplimiento de las leyes se han convertido
en cómplices del robo de las inversiones del IESS, del fondo de los maestros
ecuatorianos, de los fondos de retiro de los jubilados, de las leyes que se
están pasando en contra de la soberanía de la nación. Contratos multimillonarios sin un proceso de
licitación, Entregas de las reservas de oro sin permiso del legislativo, creación
de deudas multi millonarias sin ningún tipo de investigación y aprobación del
poder legislativo. Decretos sin la más mínima
consulta los otros poderes del estado.
Esta Asamblea es apta para seguir creciendo en
su ambición, y después de un tiempo no dudará en votar en ser perpetua como
quieren votar por su líder y su partido. Esta Asamblea nacional del Ecuador ya
no es representativa de los ciudadanos ecuatorianos. Hay miembros que no están calificados
para poder votar en una legislatura porque no tienen la educación, capacidad y
experiencia de poder hacer leyes para un pueblo que pide, demanda y exige vivir
en una patria y república libre y soberana. Este principio mismo ha sido violado pues una
asamblea no es apto para ejercer el poder si es sirviente del poder ejecutivo, al
haber votado por sus dirigentes bajo secreto y en reunión con el ejecutivo. Eso
ha dejado revelado que no existe Asamblea que pueda servir a la patria. Una
Asamblea Representativa de sus ciudadanos debe respetar el poder judicial y el
poder ejecutivo, pero no puede ser sirviente de un partido político o del líder
porque el mando soberano es el pueblo.
Debido a que en el Ecuador existe entonces
una posesión de todos los poderes del gobierno por parte del ejecutivo, no es
posible en ese ambiente que haya justicia ni respeto a la democracia. Sus leyes
son arbitrarias para su propio interés, adjudicando todas las controversias en
su propio favor. Esto va en contra de la democracia, en contra de una
constitución que es violada y estamos ante un poder de justicia secuestrado y
esto no puede conducir más que a la guerra civil. Porque todos los poderes del
estado están siendo usurpados por el más fuerte. ¿Dónde están los militares y
donde están los hombres que defiendan a la patria?
El poder judicial ha demostrado estar
compuesto por personas escogidas por el presidente. En tal caso se han
convertido en sus sirvientes, no pueden mediar, o mantener el equilibrio entre
los poderes del estado.
Hoy se le considera al ciudadano ecuatoriano
una simple burbuja en el océano de voces. Pero es un gran error del líder pensar
que estos ciudadanos no se van a levantar con la furia de un tsunami y retomar
las riendas de su vida, de su patria altiva y soberana. El pueblo ecuatoriano estaba harto del juego político
y ha sido extremadamente humilde, paciente, moderado en espera de ver un cambio
significativo y real de la patria. Pero este gobierno ha endeudado, ha
empobrecido, ha criminalizado a sus ciudadanos, le ha cargado de impuestos, aranceles,
regulaciones que lejos de poder perseguir la felicidad esta patria no se atreve
ni siquiera a hablar con la verdad, a poder expresar ideas sin temor a
represalias, y esto ha colmado la paciencia y la moderación. Porque el Ecuador
está ante un dictador que se ha convertido en un hombre en el poder que es una
bestia voraz de presas.
La dignidad y la estabilidad del gobierno en
todas sus ramas depende de la moral y la conciencia de las personas y todas las
bendiciones de la sociedad depende de una administración justa e independiente.
Por lo tanto siempre deben ser hombres y mujeres de aprendizaje y experiencia
en las leyes, de la moral, la paciencia ejemplares grandes, tranquilos, serenos
e inteligentes. Sus mentes no deben ser distraídas con intereses discordantes;
no deben depender de ningún hombre o grupo de hombres. Pero si es declarado
culpable debe ser removido de sus cargos, y sometido a cualquier otra castigo
como sea adecuado.
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