Es precisamente el paralelo de personalidad de Fidel Castro, Hugo Chávez y Rafael Correa que les hace líderes de sus respetivos países. La evidencia en la investigación demuestra que Fidel Castro por su personalidad escogió el camino del comunismo, no porque él haya vivido las experiencias que conducen a muchos a ella. Tampoco por ideología, pues Castro nunca fue ni miembro del partido comunista de Cuba antes de la revolución, y negó ser comunista por varios años aún después de la revolución. Después de todo, Castro era oligarca, su padre era un español judío dueño de una enorme hacienda. Su educación fue en colegios jesuitas. Su vida fue de privilegio y por sus aptitudes físicas fue un deportista distinguido. Su matrimonio a Díaz de Balart lo ligaron a una de las familias más ricas de Cuba y con vínculos al gabinete del gobierno de Batista. Así, Castro escoge el comunismo porque es la única forma que le permitiría ejercer poder ilimitado como su admirado Mussolini en la juventud de Castro. En todas las bibliografías de Castro queda claramente demostrada su admiración desde la niñez por el fascista Mussolini. Es impresionante el paralelo de personalidades de Castro, Chávez y Correa. Los tres comparten características en su personalidad de ser egocentristas, y su ambición sobrepasa aún su megalomanía.
Correa
pretende implementar una supuesta revolución ciudadana que tiene parentesco
increíble a la forma que Castro y Chávez consolidaron su poder. Si se analiza
en detalle las cosas, ya se puede prever que Correa va a dejar a Ecuador en
ruinas porque su plan es la implementación delineada en el proyecto Camelot. Si
bien previas acciones de otros gobiernos crearon el ambiente para que los
ecuatorianos acepten la dolarización, en la realidad, la deuda ecuatoriana
apenas llegaba al 38% de su GDP. Como comparación, la deuda actual del gobierno
norteamericano sobrepasa varias veces su GDP (al menos el número real y aún si
no se toma en cuenta que la deuda de los gobiernos estatales, municipales y de
condados es más del 80% de su GDP).
Por
eso no es sorpresa que Correa inició con la industria principal de Ecuador: el
petróleo, que ahora empieza a ir a la deriva sin inversión o está siendo
reducido al control de la empresa estatal, donde los dineros del petróleo se
esfuman y se ha caracterizado y distinguido por la corrupción, el mal manejo
económico, destrucción del medio ambiente y enormes gastos donde los dineros
desaparecen.
Toda
industria ecuatoriana está siendo reducida en producción, en inversión, en
ganancias. Se promueve la industria eléctrica por medio de ambiciosos y
multimillonarios proyectos hidroeléctricos sin haber hecho estudios del impacto
ambiental y peor, sin considerar si la inversión es sustentable; si se
considera que en 20 años los mismos ríos donde se va a construir los proyectos
hidroeléctricos pueden ser reducidos considerablemente debido a más del 30% de
pérdida de los glaciares ecuatorianos.
Pero eso poco importa porque el plan del
socialismo XXI es hacer gastar al país en infraestructura y endeudarlo en
medida de los proyectos. Una vez concluida esa fase, los préstamos dejaran de
ser aprobados, medidas serán tomadas para causar el colapso financiero y muy
convenientemente vendrán las multinacionales con centavos de dólar, a tomarse
todos los recursos y la infraestructura a través de cómodos remates en un nuevo
proceso de neoliberalismo.
Correa
ha entregado contratos a los conglomerados de propiedad de miembros del cabal
que está detrás de todo esto. Correa ha repartido millonarios contratos sin
importar si los precios estipulados están claramente sobre valorados en
comparación a proyectos similares en otros países. Las favorecidas son las
compañías multinacionales sin haber cambiado en lo absoluto las condiciones y
las leyes laborales para que se exija que dichas compañías usen mano de obra
ecuatoriana. Así los dineros de Ecuador se escapan a pagar proyectos que se
están firmando sin un proceso transparente de contratación y sin concurso
alguno. Todo contrato que Correa firma es a gusto y placer de “él”, quien se
cree el todopoderoso de la nación. Mientras tanto, el pueblo sigue la retórica
de Correa y compran la propaganda del socialismo XXI como hace unas décadas los
alemanes compraron la retórica del socialismo nacional alemán vendido por
Adolfo Hitler.
A
Correa solo le interesa “él” y no le importa la nación. Lo único que a él le
interesa es su "yo", en este instante, lo que él siente y piensa en
un momento dado se vuelve la política externa del país. Como fue evidenciado en
la crisis de marzo del 2008 con Colombia. Un ataque de Colombia en contra de
las FARC (algo que ya ha pasado frecuentemente por varios años), Correa ha
distorsionado como un evento sin precedentes y la ha tachado de ser una
invasión, una agresión territorial, un acto de guerra, etc. La realidad es que
Ecuador y Colombia podían resolver el asunto en una forma más civilizada, tal
como ya han solucionado previas escaramuzas y aprovechar la situación para
resolver serias crisis de los dos países que están creando millones de
refugiados a los largo de la frontera por el conflicto de fumigaciones, FARC,
paramilitares y narcotraficantes.
Pero
esos son asuntos que al cabal económico no le interesa resolver y por ende,
Correa, Uribe, Chávez lo ignoran. En todo el conflicto de guerrillas,
narcotráfico, paramilitares y fumigaciones, los únicos beneficiados son las
compañías que venden las armas, las que proveen químicos y realizan las
fumigaciones con enormes pagos usando un químico que en Estados Unidos fue prohibido.
Correa
actúa maliciosamente cuando ha convertido el incidente con Colombia en la nueva
política externa del país, clamando ser víctima de un ataque agresor de la
soberanía del Ecuador. Con ese fin, utiliza la confrontación y abandona la
diplomacia; la burla e insultos al gobierno colombiano y diplomáticos;
desmiente estar involucrado con las FARC o haber recibido dinero de las FARC
para su campaña, sin embargo, es Correa quien mintió ante la OEA; prometiendo
crear una comisión que investigue las evidencias de los computadores. Es Correa
quien mintió en México, clamando que el ciudadano ecuatoriano solamente había
conducido a los mexicanos al campo de Reyes; esto fue desmentido por la propia
sobreviviente mexicana Lucia Morett. Mientras Correa dejó que la ciudadana
mexicana salga libremente de Ecuador sin acusación alguna, en video divulgado
por las mismas fuerzas militares ecuatorianas demuestra que Morett se declaraba
a sí misma guerrillera y hasta declaraba sus planes de crear una fuerza guerrillera
en México.
Correa
no siente la necesidad de explicar absolutamente sus dudosas acciones y en un
acto desesperado de tirar la pelota a otro lado, anuncia sin evidencia alguna
que él ha descubierto lazos con la CIA en las fuerzas militares. Su estrategia
tiene como único propósito crear una crisis en las fuerzas militares y crear la
desconfianza del pueblo ecuatoriano en sus fuerzas militares. Un perfecto ejemplo de desinformación. Pero
nuevamente, las masas de ingenuos se olvidan de ver que si algo fuera cierto,
entonces Correa debía como comandante en jefe de las fuerzas militares, llevar
a la justicia a quienes hayan cometido semejantes actos de espionaje y de
traición. El mismo acto de acusar y no presentar culpables bordea en un acto
irresponsable del mandatario ecuatoriano.
Pero
el propósito es demasiado evidente aunque a los ecuatorianos se les escapa ver
lo que es tan claro. Tan simple evento está siendo usado para iniciar una
carrera armamentista. Los presupuestos de comprar armas, la reestructuración de
los ejércitos, nueva planificación, proyectos de poner ejércitos de las
Naciones Unidas, incrementar cooperación entre Venezuela y Ecuador. Preparar a
los pueblos al espectro de la guerra. Todo por un evento que ha venido
aconteciendo por cincuenta años desde que las guerrillas colombianas han
existido.
Correa
ha tomado varias decisiones que muy claramente demuestran serios traumas
emocionales. Por ejemplo, Correa decretó dejar libres y no perseguir enjuiciar
a mulas del narcotráfico como que con ese acto quitaba responsabilidad y
libraba a su propio padre, quien fue condenado a prisión por narcotráfico en
Estados Unidos y pagó su condena con varios años de cárcel en Miami,
Florida.
A los
pocos meses, el resultado es que el índice del crimen en Ecuador ha subido como
nunca antes en su historia. Quito y varias ciudades se ven plagadas de
sicarios, ladrones y criminales, mientras las acciones de Correa han
precipitado serias crisis al Poder judicial y a las fuerzas armadas del
Ecuador.
Para
Correa sin embargo, él cree ser poseedor de la verdad. A menudo en sus
discursos ha denigrado a periodistas, miembros de la oposición, aún al gobierno
de Colombia lo ha acusado de “cantinfladas”. Sin embargo, lo que ha demostrado
es que en su deseo de sobresalir por arriba de absolutamente todo el mundo, es
incapaz de admitir un error y aunque el mundo entero lo puede ver, Correa es
incapaz de admitir la verdad o sus errores porque nunca se ha dado cuenta que
el que sabe de verdad, sabe también que tiene que escuchar, delegar, dudar,
contrastar sus opiniones con las de los demás, dar crédito a quienes crean
nuevas propuestas e ideas y no robar las ideas y clamarse el dueño de ellas
como lo viene haciendo Correa. Nadie es infalible y no por ser presidente tiene
derecho a usar hasta material que está con derechos de autor. Precisamente en un conflicto se necesita de
un intercambio diplomático de opiniones para llegar a un acuerdo. Al ego de Correa no le cabe ni un alpiste de
duda sobre sí mismo.
Igualmente,
se puede percibir las mentiras del gobierno y la pésima administración cuando
los ministerios ha sido un desfile de figuras y un constante intercambio de
posiciones de los amigos del clan Correa que se han repartido los ministerios
de gobierno, minas, economía. Se promete mejoras en todo y sin embargo los
profesores actuales de las instituciones educativas no reciben sus salarios a
tiempo y reciben sus sueldos aún con meses de retraso. Las escuelas no tienen suficientes libretas
ni libros ni lápices; en algunas provincias los padres de familia han tenido
que organizar colectas o campañas para levantar fondos y poder pagar la luz
eléctrica para mantener a las escuelas abiertas. Los edificios se deterioran y
no reciben los dineros para la administración y operación de escuelas y
colegios, ni hay el mantenimiento apropiado por la falta de fondos y recursos y
la constante falta de seriedad en la distribución de presupuestos. El deterioro de los edificios, las escuelas y
las instituciones pronto se verá reflejado en el deterioro de la educación.
Cuando llegue la crisis seguramente Correa apuntará el dedo a la oposición,
aunque en estos momentos nadie puede tomar decisión que sea aprobada si no es
por el partido de gobierno. En algún momento se desatará una crisis definitiva.
Al
igual que sus predecesores, Castro en Cuba y Chávez en Venezuela, Correa ha
hecho un uso excelente de la prensa, la televisión, la radio y aún los medios
del Internet, no sólo para desarrollar el culto a su personalidad histriónica,
sino para el adoctrinamiento de todo un pueblo.
El
pueblo ecuatoriano no puede caer en la ingenuidad de creer que los cuatro
jinetes del Apocalipsis ecuatoriano son Correa, Acosta, Patiño y Larrea. La
revolución ciudadana obedece a un plan muy concreto de fuerzas externas que
tienen el firme propósito de usar a las masas para obtener sus claros
objetivos.
El
triunfo de Acuerdo País y de Rafael Correa para asomar como una revolución
ciudadana no es el producto de su esfuerzo personal único, sino de un plan muy
claramente concertado que está siendo implementado en combinación con personas
infiltradas en las agrupaciones indígenas, en los partidos comunistas y
partidos de izquierda y hasta la mano negra de enormes contribuciones de
miembros del partido de derecha a la campaña de Correa.
De
esta forma, el plan involucra y maneja la labor de cantidad de ciudadanos que
han querido el cambio real del país y han creído en ciertos conceptos
nacionalistas, pero que poco a poco empezarán a deslumbrar la mentira y el
atentado de fuerzas externas, en un plan global de apoderarse de los recursos
del país y eliminar las fronteras. Cuando eso ocurra, algunos empezarán a
desertar y tal cual ha sucedido en las previas experiencias cubanas y
venezolanas, no tardarán en acontecer extrañas muertes, accidentes y hasta
enfermedades raras que se convertirán en eventos normales en la administración
de Correa.
Correa
y su partido están practicando la partidocracia cuando todo poder, toda
institución, toda decisión tanto estatal, municipal, provincial se canaliza por
el partido de gobierno y en ningún momento Correa ni la Asamblea ha tratado de
trabajar conjuntamente con ningún sector del país. No se ha involucrado a
grupos industriales, ni agrupaciones civiles y ciertamente hasta se ha eliminado
consultar aún a los militares en asuntos
importantes de defensa del país. Todo se oculta con la existencia de las
supuestas mesas de trabajo de la Asamblea, que sin embargo no aprueban nada sin
consultas y órdenes de Correa, Patiño, Acosta o Larrea. Al extremo de poner a
su secretario personal y periodista de profesión como Ministro de Defensa.
Poco a
poco todas las esferas del país van cayendo lentamente bajo el afilado cuchillo
de Acuerdo país. Primero fue el Congreso de la nación, que con un simple papel
firmado por 80 pinochos de Correa quedó
eliminado. El pueblo se quedó atónito y nadie reclamó que los representantes de
todo el pueblo, elegidos en la misma fecha que el Presidente haya sido
desechado.
Luego
siguieron varias instituciones y organismos del estado que si no fueron
eliminadas terminaron con personal nombrado personalmente por el mandatario
para evitar toda investigación y que más bien sirvan como arma de control e
intimidación contra otros partidos como la contraloría, el tribunal anticorrupción,
el tribunal de votación (que impuso enormes cifras, multas y sanciones a otros
partidos, mientras solo ante enormes
evidencias empieza a investigar lentamente las irregularidades del partido de
gobierno).
A eso
se suman los escándalos constantes de corrupción que han paralizado al poder
judicial, y ahora a las fuerzas militares. La mayoría de acusaciones por parte
de Correa vienen por lo general sin un solo documento de prueba. Correa esgrime
acusaciones contra fuerzas policíacas, fuerzas militares, y hasta el servicio
de inteligencia del país acusadas de estar infiltradas por la CIA o por
servicios de inteligencia de otros países. Pero cualquier persona inteligente
debe pensar claramente en esas acusaciones y preguntarse, ¿Cómo es que Correa
pretende que pase desapercibido ante el mundo lo ilógico de su acusación?
En la
realidad y ante tan graves acusaciones que involucran “espionaje, traición a la patria, atentado contra la seguridad y
soberanía de la patria”, un gobernante cuerdo y racional hubiera usado
cualquier prueba para investigar exhaustivamente, con el fin de atrapar,
encarcelar y enjuiciar a los “traicioneros
de la patria”. Correa al anunciar a
los cuatro vientos sus acusaciones les da un aviso con trompetas a todo el
aparato de espías y servicios de inteligencia para que eliminen cualquier
prueba, desaparezcan cualquier implicado y se prepare una defensa de llegar a
haber algún acusado. Lejos de ser algo que favorece al país, sirve para ocultar
cualquier posible evidencia que haya existido y haya sido descubierta por
investigadores de la policía y el servicio de inteligencia. Así es Correa quien
se adelanta en desprestigiar y dañar la credibilidad de las fuerzas que
defienden al país. Es el equivalente a encontrar un ladrón en su casa y
avisarle que “la policía ya viene”. Pero los ingenuos creen que Correa está
defendiendo a la nación. Aunque por sus acciones ni un solo “espía o
traicionero de la patria irá a prisión”.
Pero
al igual que la relación de Cuba y los Estados Unidos se han caracterizado por
la confrontación y la constante mediática verbal entre Castro y cualquier
mandato de turno estadounidense, ahora Correa quiere establecer esa mediática
verbal. Al igual que la supuesta confrontación bélica entre Cuba y Estados Unidos
es un circo porque nadie se da por percatado que Estados Unidos ha mantenido
siempre una base militar en Cuba. En dicha base de Guantánamo, Estados Unidos
ha podido hacer y deshacer cuanto desea sin que ningún otro gobierno diga
absolutamente nada. Es el equivalente a tener su casa de torturas en la casa de
su enemigo, pero alas nadie se ha dado cuenta. Igualmente ahora en el exacto
paralelo de Castro que tanto vociferaba contra Guantánamo, la base se ha
mantenido. Cuando llegue el momento,
Correa culpará algún evento que suceda como un nuevo ataque de las FARC, alguna
incursión del Perú, algún evento que sirva de pretexto para mantener la base de
Manta.
El
régimen castrista ha sido tremendamente exitoso en dos campos: la represión y
la publicidad. El régimen castrista derrotó cualquier intento violento de
desalojarlos del poder (aunque las operaciones de la CIA estaban diseñadas para
fracasar). La creación de las milicias, el desarrollo de una fuerza militar
descomunal con el apoyo y financiamiento de la URSS, la creación de los CDR (de
los comités de vigilancia de barrio) y el desarrollo de un aparato de
inteligencia y contrainteligencia al servicio de Castro que se convirtió en uno
de los mejores del mundo, fueron los artífices de la imbatibilidad militar del
régimen. Ahora Correa pretende hacer lo mismo en Ecuador, un ejemplo claro es
que las supuestas mesas de la Asamblea Constituyente están sirviendo para
redactar y pasar leyes que sirven únicamente el interés de Correa. Luego son
puestas ante la Asamblea sabiendo perfectamente que serán aprobadas ya que
Correa controla el 80% de los votos. Así se crea la noción falsa de que existe
democracia cuando se avanza cada vez más la agenda de Correa y con ello, de la
élite financiera que controla el mundo.
En
otro paralelo de Rafael Correa con sus homólogos Fidel y Chávez, se ha
convertido en el artífice del triunfo publicitario del régimen ecuatoriano.
Correa llega a la genialidad en lo que se refiere a la publicidad de su imagen,
aprovechándose hasta de la muerte de un terrorista ecuatoriano vinculado a las
FARC para clamar ser víctima de las políticas de la CIA, EE.UU., Colombia, sin
él brindar ni tan siquiera una explicación fehaciente o confiable de sus
propios vínculos a las FARC.
Sin temor alguno y convencido de su pleno derecho
de gastar cuanto se le pegue en gana, Correa no ha escatimado gastos
millonarios en campañas publicitarias, campañas políticas y campañas para ganar
hasta el referéndum de aprobación de la constitución, aún antes de que una
constitución este aprobada por su marioneta de Asamblea Constituyente.
Pero
Correa comete graves errores que delatan su virtud de ser representante de
fuerzas extranjeras cuando la Asamblea quiere aprobar que el dólar conste en la
misma constitución del país. En el ejemplo más inaudito de vender la patria, no
puede caber que un país ponga en los propios estatutos de su constitución el
uso de una moneda que tiene cuatro centavos de respaldo económico por dólar y
es de propiedad de una institución independiente, ni siquiera es o pertenece al
gobierno de Estados Unidos, por ende si un presidente pretende pasar estatutos
en la constitución cuando no sabe ni siquiera lo que es dicha moneda, demuestra
ineptitud astronómica, mucho más cuando Correa no esta conduciendo ni
dirigiendo la política económica del país.
Correa
está por ejemplo, usando el conflicto con Colombia como el pretexto de ampliar
su imagen internacional. Igualmente emplea recursos desproporcionados del
estado para cultivar una reacción favorable a su persona en el ámbito exterior como cuando sin estudio alguno,
anunció la construcción de una refinería con Venezuela a un costo de más de
cinco mil millones de dólares. Valga
mencionar que una refinería casi idéntica en capacidad a la propuesta por
Correa, la compañía Valero vendió en San Antonio a solamente quinientos
millones de dólares a finales del año 2005, incluyendo toda la infraestructura
y oleoducto de distribución de gas y gasolina.
Correa
intenta cultivar la imagen de ser gran amigo, colega, compañero de Hugo Chávez,
aunque para lograrlo compre una refinería de un país que no tiene antecedente
de ser constructor de refinerías; todo mundo tiene carro eso no hace de dichas
personas mecánicos, igualmente que Venezuela tenga petróleo no le hace experto
en refinerías. Pero en la mente de Correa, él pretende usar esos lazos de
amistad para jactarse de importancia que muy claramente el líder psicópata de
Venezuela no está dispuesto a compartir, como lo demostró en República
Dominicana cuando se dio un estrecho abrazo con Álvaro Uribe y con la sonrisa
de oreja a oreja, dejaron a un lado a un Rafael Correa al punto de
explotar.
Otros
dos ingredientes que Correa ha usado con éxito han sido la explotación del
nacionalismo o patriotismo ecuatoriano combinado con un sentimiento
antiamericano. Para ello ha usado constantemente declaraciones inflamatorias en
contra de la Base de Estados Unidos en Manta, llamándola una violación a la
soberanía del país, a pesar que fue un tratado –aunque sumamente desventajoso,
porque no pagaron ni tan siquiera lo que le pagaban a Panamá-. Pero en todo
caso, dicha base cumple las mismas funciones que bases como Aviano en Italia, y
otras bases en Alemania, y Arabia Saudita etc. Pero sus reacciones son
estrictamente un sainete político para convencer a las masas, ya que Ecuador
está dolarizado y por ende, su política económica está siendo dictada desde
Estados Unidos. En la realidad de los hechos eso es algo mucho más grave para
la soberanía ecuatoriana. Porque mientras Correa ganó las elecciones con la
promesa de abolir el decreto de la dolarización, después su metamorfosis a
favor del dólar cambió de la noche a la mañana, clamando haber hecho un
exhaustivo análisis económico. Correa cree ser experto en toda materia
económica y por ello clamó que Ecuador se mantendría en la dolarización para
evitar, “Una crisis económica… una revolución ciudadana”, (aunque ese es el
lema de sus políticas), las dos declaraciones no tenían una sola página de
estudio, lo inventó del aire y la gente le creyó, cuando la evidencia demuestra
que el eventual colapso del dólar es inevitable.
Al
igual que Castro en Cuba y Chávez en Venezuela, Correa se ha disfrazado de
David que enfrentan al Goliat imaginario del Imperio Norteamericano, aunque
dicho imperio es posiblemente víctima del mismo cabal que está apoderándose de
nuestros países. Es sumamente importante entender que igualmente la política
económica de Estados Unidos es dictada por la Reserva Federal, no por el
presidente norteamericano.
Poco
importa para estos agentes de intereses extranjeros la verdad y usan la miopía
de las masas pobres para mantener a sus propios países en la ceguera y
oscuridad económica, alimentándose de la esperanza que la demagogia y las
falsas promesas de cambio de los políticos de turno traigan las soluciones tan
ambicionadas y esperadas.
En la
realidad son estas políticas intervencionistas las principales responsables de
mantener la pobreza y refundir a los pueblos en la peor decadencia de nuestros
países latinoamericanos, porque más que nunca se está implementando y
concretando los verdaderos objetivos de estos gobernantes, y con ello, de esta
élite financiera que desea desaparecer las naciones.
Igualmente,
es por ello que nuevamente se intenta lanzar trompetas del supuesto sueño
bolivariano. La verdad es que Simón Bolívar nunca liberó a los pueblos latinoamericanos. Deberíamos admitir la verdad
con respecto al “Libertador Simón Bolívar”, simplemente el movimiento
bolivariano logró la Independencia
del territorio suramericano de España, pero no la libertad para los pueblos de América. Porque precisamente las
políticas adoptadas en la formación de la Gran Colombia representó una
transferencia de propiedades de los españoles a los criollos y mestizos hijos
de españoles, quienes se repartieron las grandes haciendas, pero mantuvieron generalmente las mismas
condiciones para los trabajadores: Los indios se quedaron en los mismos
huasipungos, y los negros se les mantuvo de esclavos, las clases marginadas no
logran aún ahora tener los mismos derechos que corresponden a todo
ciudadano.
En el
caso de Ecuador fue Antonio José de Sucre quien luchó con el ejército
colombiano y miles de valerosos ecuatorianos (que incluían mestizos, criollos,
mulatos, indios y negros) para “independizar” la Real Audiencia de Quito,
creada bajo autoridad del Gobernador Cristóbal Vaca de Castro en 1635, y quien
como emisario del Rey de España Carlos V fue quien instauró las primeras cortes
y leyes de justicia en nuestros países.
En la
realidad, Simón Bolívar obtuvo el crédito aunque no participó más que en una
sola guerra y eso para doblegar a Agualongo después de que Ecuador ya ganó la
independencia. Acaso por eso la historia
habla más de la conquista de Bolívar a Mañuela Sáenz.
Pero
el control de las empresas, industrias, plantaciones, y la sociedad civil se
mantuvo prácticamente de la misma manera. En Ecuador al igual que en la mayoría
de los países, la “independencia” no cambió demasiado la vida, ni derechos, ni
condiciones laborales, sociales y económicas para los indios, los negros y las
familias pobres. En Ecuador por ejemplo, muchos de los generales y coroneles de
la llamada “independencia” se repartieron las haciendas y como es el caso del
General Febres Cordero venido de Venezuela, pasó a ser una de las familias más
adineradas de Guayaquil. Cantidad de familias provenientes de Colombia y
Venezuela fueron a través del mismo proceso. Simón Bolívar sin embargo, decidió
unilateralmente entregar la Provincia de Popayán y Nariño a Colombia como pago
por la independencia. Por eso tengo la firme convicción que Ecuador no necesita
participar del gran sueño bolivariano. Ecuador es nación libre y soberana y
debe mantenerse como tal y ciertamente cualquier cosa es mejor a estar bajo el
liderazgo de Hugo Rafael Chávez.
Por lo
expuesto se vuelve imperativo analizar a fondo las verdaderas consecuencias
para los pueblos de los experimentos socialistas de Cuba y Venezuela.
La
evidencia demuestra que gracias a Castro, Cuba ha vivido cerca de cincuenta
años de opresión, de derramamiento de sangre, de hambre, de injusticias vividas
por miles de miles de cubanos a quienes se les quitó la libertad o fueron
asesinados por mantenerse firmes a los ideales de la democracia. Cuba vivió por
varias décadas en dependencia paupérrima de la Unión Soviética y de los
subsidios de estos para su supervivencia.
La
evidencia demuestra que el pueblo Venezolano vive en la pobreza. La hambruna,
la escasez de alimentos, la falta de libertades siendo el país más rico en
recursos petroleros en Sur América.
La
evidencia demuestra que Correa en tan solo un año y medio de gobierno ha
subyugado a Ecuador a su peor desarrollo económico en los últimos cincuenta
años, a pesar que en su gobierno los ingresos del petróleo y el costo de venta
del petróleo deberían haber creado una prosperidad envidiable para la nación.
Nunca
antes en la historia de ningún país latinoamericano se puede observar un plan
tan sistemático de deshacer toda institución democráticamente constituida,
tomar el control de toda industria, crear un nuevo sistema de impuestos,
deshacer todas las leyes mineras, petroleras, reestructurar la división
política y geográfica de la nación, instaurar leyes y reglas opresivas,
eliminar derechos constitucionales y civiles. Exactamente como el plan Camelot
lo premeditaba. Hay que ser bastante ingenuo para pensar que es coincidencia y
por ello, cada ecuatoriano debe al menos enterarse de lo que puede estar
sucediendo en Ecuador.
Las
compañías petroleras han abandonado Ecuador paulatinamente y las que se quedan
podrán cobrar los contratos garantizados de explotación y pueden estar
perforando huecos al doquier pues no necesitan encontrar el petróleo si Correa
pasa la ley de pagar 100% garantizados los gastos de exploración.
Por
medio de la Asamblea Constituyente, Correa ha decretado que se eliminan
cantidad de concesiones mineras y con un simple anuncio decretó que se
paralicen todas las actividades mineras del país por un lapso de 180 días,
dejando a miles de personas desempleadas. Eliminando millonarias inversiones de
compañías canadienses, creando un desprestigio del que difícilmente se podrá
recuperar el país.
La
propuesta es crear una compañía minera nacional que este “involucrada en todos los
aspectos de la explotación minera”. Algo que aparte de irracional
bordea en la ignorancia y estupidez pues es ilógico que las compañías
multinacionales estén dispuestas a compartir software, diseños, tecnología,
equipos en algunos casos protegidos por patentes con un gobierno adepto a
anunciar con unas cuantas firmas que hay un nuevo decreto que elimina
concesiones, elimina derechos de explotación, elimina leyes y promete crear
nuevas. A breves rasgos la gente quiere creer que todo esto favorecerá al país.
Pero la realidad es que si países como Canadá, Australia, China, Noruega (los
más ricos financieramente en estos momentos) después de décadas de experiencia
en exploración y explotación petrolera y minera han llegado a la conclusión que
los riesgos, los gastos y el establecimiento de compañías ineficaces nacionales
es mejor dejar que la tecnología, los inversionistas, los empresarios y las
multinacionales realicen la exploración, explotación, refinación y
comercialización de recursos mineros. Porque requieren de: Tecnologías sumamente caras y de enormes inversiones con alto riesgo,
y el gobierno se debe limitar a hacer lo que todo gobierno debe hacer, crear
las leyes que protejas a sus ciudadanos, el ambiente y la propia distribución
de la riqueza de la nación.
Correa
comete un craso error al querer imponer un sistema socialista creado por esa
élite que controla el mundo, y que con el título del sociólogo alemán que se
cree el iluminado por Marx, ha creado la gran formula del desastre en su
interpretación del nuevo comunismo, para querer imponerla sobre una cultura
compuesta de tantas etnias y valores diferentes como es Latinoamérica. Pero
como todo humano somos fruto de nuestras propias experiencias. Correa es el
producto de su infancia y su ambiente que lo han cegado a apreciar su país como
es verdaderamente. Así, Correa gobierna con sus fobias y sus complejos de la
infancia, el hijo de un traficante de drogas abandonado por su madre y viviendo
con su abuela. El estudiante distinguido que ha guardado tanto rencor contra
los “pelucones” que con tan solo su presencia ahora le hierve la sangre. Pero
su mayor error es su entrenamiento como economista. Para él solo cuenta el
dólar, el prestigio del título, y el ser mas alto que Nebot y la mayoría de sus
compatriotas, (“Nebot no me llega ni al
hombro”) pero para él no cuenta el hombre y la mujer ecuatorianos. Su
entrenamiento le han hecho pensar que lo que importa en la economía es el
capital que le permitirá comprar maquinaria, construir infraestructura que le
permitirá hacerse el faraón para ocultar la verdad, que él no tiene control de
la moneda ni de la economía del país. Así Correa cree que puede poner el velo
sobre los ecuatorianos y crear su propia formula de triunfo. Su meta es
confiscar el poder absoluto del estado y reinar supremo ante los ojos del mundo
cuando en la realidad tiene que obedecer los dictámenes de la Reserva Federal.
En el proceso se ha olvidado que el recurso más importante de una nación es su
gente, ese recurso humano que conforma la nación soberana de Ecuador. Esas
mujeres capaces e inteligentes sin importar que sean peluconas o morlacas, o
pastusas. Esos hombres artistas, ingenieros y doctores que hacen grande a
nuestra patria. Todo lo que ha creado el hombre no es por capital, todo nace de
una idea y del trabajo del hombre. Así mientras Correa suprime cada día los
derechos de los ciudadanos, mientras se inviste de mayor poder y mientras
desprecia a sus propios ciudadanos repartiendo contratos a las multinacionales,
deja de ser el presidente de la nación y es lo que es. El representante de los
intereses extranjeros, el caballo de Troya que fiel a su entrenamiento y a sus
antecedentes pretende ser el líder de la nación.
Al
igual que la revolución de Fidel Castro deja una Cuba en ruinas sin ninguna
base económica, sin ninguna industria establecida, sin ninguna organización y
estructura económica y social. Pero en la historia muy claramente estará
establecido que Fidel fue el gran líder cubano por cincuenta años, aunque no
hay una sola gloria que se le pueda atribuir. En Ecuador la revolución
ciudadana de Correa empieza el proceso de destrucción de la nación ecuatoriana.
Queda en los ecuatorianos defender su patria, sus libertades, sus derechos, su
constitución.
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